¿Autocontrol para hacer dieta? Gran equivocación
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• La mayoría de las personas consideramos que el autocontrol es la herramienta más importante que tenemos a nuestra disposición cuando se trata de la pérdida de peso. Cuando vemos una persona obesa automáticamente juzgamos que su falta de control la ha hecho llegar a ese estado.
Esto no es cierto, según Traci Mann, una psicóloga experta en temas de salud de la Universidad de Minnesota.
Les damos un ejemplo: Cuando estás en una junta de trabajo y alguien trae un plato de galletas, si estás a dieta ejerces el autocontrol para no comértela cuando primero las ves. Pero no termina ahí. Cada vez que levantas la mirada y vuelves a ver ese delicioso plato de galletas, tienes que ejercer tu autocontrol de nuevo. Puedes seguir ejerciendo tu autocontrol 15 veces consecutivas, pero a la dieciseisava ocasión puedes sucumbir y zamparte esa galleta. Al hacerlo, no importa todo el autocontrol que ejerciste previamente, ya ingeriste todas las calorías, grasa y carbohidratos y el autocontrol de la previa hora no sirvió de nada.
Lo mismo no pasa cuando alguien está estudiando. Puedes ser un magnifico estudiante y no despegarte de los libros durante tres horas cuando estás frente a un examen, ejerciendo admirablemente tu autocontrol. Pero en un momento de debilidad, puedes sucumbir a la tentación de tomar un descanso y ver un programa de televisión. Al retomar tus estudios, el haber tomado ese descanso y hecho a un lado tu autocontrol, no hizo que se borrara de tu cabeza todo lo que estudiaste.
Un estudio citado por Mann encontró que personas que en general habían salido altas en pruebas de autocontrol tenían la misma probabilidad de comerse un plato de papas que otro grupo de personas que habían salido bajas en pruebas de autocontrol. Esto lleva a concluir que el autocontrol tiene muy poco que ver en cuanto a pérdida de peso, dice Mann.
El peso es un tema muy complejo y va más allá del autocontrol. Por eso Mann aconseja tratar de bajar de peso sin tener que usar el autocontrol. Y eso se hace tratando de comer menos sin pensar en ello. Por ejemplo, usando platos más pequeños o tener la costumbre de servirte siempre en un plato para no comer de la caja o paquete más de lo que pensamos.
