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¿ Es depresión o tristeza? En los mayores es difícil detectarlo…


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La depresión en la tercera edad se encuentra poco diagnosticada porque se piensa que es parte del envejecimiento. La depresión es una enfermedad mental con manifestaciones cognitivas, físicas, emocionales y conductuales, cuyos trastornos se convierten en crónicos y resistentes a los medicamentos y, por consiguiente, su tratamiento es difícil. Las consecuencias de la depresión en […]

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  • La depresión en la tercera edad se encuentra poco diagnosticada porque se piensa que es parte del envejecimiento.

La depresión es una enfermedad mental con manifestaciones cognitivas, físicas, emocionales y conductuales, cuyos trastornos se convierten en crónicos y resistentes a los medicamentos y, por consiguiente, su tratamiento es difícil.

Las consecuencias de la depresión en esta etapa de la vida son de alto impacto.

Las personas mayores tienden a caer en el aislamiento y, por lo tanto, a deteriorarse con mayor rapidez, tanto física como emocionalmente.

La falta de motivación causada por estados depresivos dificulta a los pacientes seguir las indicaciones médicas y tomar los medicamentos lo que les incrementa el riesgo de muerte.

Los estados depresivos son el trastorno afectivo más frecuente dentro de la psicopatología geriátrica, porque se cree falsamente que forma parte normal del envejecimiento.

La depresión constituye el trastorno afectivo más frecuente dentro de la psicopatología geriátrica, porque se cree falsamente que forma parte normal del envejecimiento, esto es muy importante para tener en cuenta y no pensar que la tristeza es un estado normal de las personas mayores.

Los síntomas del padecimiento depresivo son de cuatro tipos:

Cognitivas: como disminución de la atención, concentración y lentitud de pensamiento.

Emocionales: baja autoestima, ansiedad, sentimientos de soledad, de inferioridad, de culpa y fantasías de muerte.

Conductuales: como irritabilidad negativa a la ingesta o sobre ingesta, problemas en el sueño, aislamiento y agresividad hacia el otro y uno mismo.

Físicas: como fatiga, llanto fácil, falta de energía, apatía y aletargamiento.

Puede ser que en ocasiones se trata sólo de tristeza o sentimientos de soledad que no llegan a conformar un cuadro depresivo porque no cumple con los criterios de tiempo que implica que se den durante un mínimo dos semanas, al menos tres síntomas y de una gravedad que afecte la funcionalidad en la vida diaria.

Recurrir a los especialistas para que ellos sean la ayuda es muy importante. El psiquiatra o el psicólogo son los profesionales de la salud mental que pueden dar el apoyo y orientación profesional para ayudar a salir de una crisis depresiva difícil de controlar.

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