Cambios menores en entorno arquitectónico y adopción de terapias físicas ayudan a envejecer en casa
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Cambios en el entorno físico de adultos mayores con capacidades disminuidas son relativamente simples y accesibles económicamente.
Cambios en el entorno físico de adultos mayores con capacidades disminuidas son relativamente simples y accesibles económicamente, al igual que algunas terapias físicas o instrumentos para caminar, moverse, ver u oír adecuadamente.
La disminución de la movilidad o la merma de las capacidades físicas durante el envejecimiento no implican necesariamente que un gran número de adultos mayores pierdan su independencia funcional, es decir, de actuar autosuficientemente, sin ayuda.
¿Cómo es posible que un grupo con dificultades funcionales se pueda mantener independiente del apoyo de otras personas a pesar de ciertos impedimentos físicos que les obstaculiza valerse por sí mismos?
En general los adultos mayores que tienen éxito en adaptarse cuentan no sólo con el apoyo de modificaciones materiales dentro de su ambiente doméstico, sino de cambios en su propia actitud hacia la forma de enfrentar las actividades y que se conoce como resiliencia. Es una habilidad emocional para aceptar las alteraciones sociales y físicas que aparecen a lo largo de los años.
Tener resiliencia implica que las personas, a pesar del paso del tiempo pueden mantener la salud física, cognitiva y social con base en adaptaciones que les permiten conservar una calidad de vida y bienestar relativos. Es un concepto relacionado estrechamente con el envejecimiento activo.
Esta gran capacidad de adaptación personal de muchos adultos mayores les beneficia al igual que a su familia y merece ser correspondida con el apoyo de los cambios ambientales en su entorno para facilitarles seguir siendo independientes.
Cambios ecológicos como modificaciones materiales de amueblado y arquitectónicos, en el entorno físico de personas de la tercera edad con capacidades disminuidas, son relativamente simples y accesibles económicamente, al igual que algunas terapias físicas o instrumentos para caminar, moverse, ver u oír adecuadamente.
Son recursos ya identificados que promueven la independencia funcional y bienestar en la población adulta mayor y constituyen un objetivo claro para considerar en las políticas públicas de salud o al menos por quienes se preocupan (familia y amigos) por el bienestar de este grupo.
La mayoría de adultos mayores ya han hecho los cambios internos necesarios para adaptarse. Requieren ahora obtener el beneficio de los apoyos externos para completar el ciclo de su vida y seguir siendo independientes por un buen trecho de años.
