Ciudades para mayores ¿cómo necesitan construirse?

Por Gilda Sánchez

Idealista ilustrada y curiosa. Nació en la mitad del siglo XX en la región más transparente. Educada en la burguesía del bolero, del rock sesentero y por jesuitas de la Ibero. Desde que cumplió 50+ le cayó el veinte de que actuar sin ejercer la conciencia es desperdiciar el milagro de estar viva. Compartir experiencias y reflexiones que enriquezcan el alma es su pasión. Para eso escucha, habla y escribe.

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Cuando pensamos en el diseño de ciudades para poblaciones que están en proceso de envejecimiento generalmente imaginamos superficies planas, puertas automáticas, rampas, fácil acceso a hospitales y casas residenciales.

Aunque éste pudiera parecer un ambiente ideal, es desacertado. Si todo fuera fácil y accesible, los adultos mayores no tendrían incentivos para mantenerse físicamente activos.

Es importante diseñar y construir ciudades que faciliten y promuevan la caminata, que tengan suficientes espacios públicos como parques y plazas  para estimular tanto el hacer ejercicio como para alentar la interacción social; ya que se ha visto que el aislamiento es uno de los problemas más importantes para la población mayor.

Por ello, el ideal para una ciudad pensada en los mayores es aquella que permite alargar la independencia el mayor tiempo y posibilita envejecer en el mismo lugar sin necesidad de emigrar a  lugares menos hostiles. Los espacios para los mayores necesitan promover el encuentro y la conversación, el movimiento y el descanso. Las personas mayores requieren tener lugares donde puedan sentarse sin tener que consumir. Necesitan estar rodeados de belleza y cerca de transporte publico accesible. Necesitamos ciudades que sean amigables a todas las edades de la población donde puedan encontrarse los niños y los no tan niños.

Cabe recordar que se estima que para el 2050 una cuarta parte de la población de México tendrá más de 60 años.