Cómo reconocer síntomas de fragilidad en adultos mayores
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Los geriatras denominan el síndrome del adulto mayor cuando la fragilidad va apoderándose del cuerpo y la mente.
¿Tú conoces este problema?
Debemos estar preparados para entender el desgaste progresivo al que está sujeto una persona que envejece y los síntomas de fragilidad que se presentan, muchos de los cuáles no son identificados por los propios familiares aún conviviendo con un adulto mayor.
Los geriatras denominan el síndrome del adulto mayor cuando la fragilidad va apoderándose del cuerpo y la mente. Es importante captarlo ya que nos permite proporcionar los cuidados necesarios que requieren los mayores que se ven afectados y puede determinar el bienestar y sortear accidentes y padecimientos atendiéndolos con oportunidad.
Ante las estadísticas, es necesario entender que el síndrome del adulto mayor se caracteriza por un “desgaste progresivo” de la persona, es decir, ésta se vuelve más vulnerable a sufrir caídas, vulnerable en su salud.
Los signos principales que anticipan el ciclo de la fragilidad son:
Disminución de peso, deambulación lenta, bajo nivel de actividad física, sensación de agotamiento, poca fuerza de aprehensión, sarcopenia (pérdida degenerativa de la masa muscular), poca inmunidad (adquieren infecciones).
Es importante considerar que aunque estas manifestaciones se presentan en la mayoría de los adultos mayores, sólo una fracción de ellos se consideran frágiles, es decir, solo se les considera así si pasan el umbral de la fragilidad, no el proceso acumulativo de la decadencia de la misma.
Una persona adulta mayor frágil, es aquella que cumple dos o más de estas condiciones: mayor de 80 años, dependencia parcial, deterioro cognitivo leve o moderado, manifestaciones depresivas, riesgo social, caídas en el último mes, o más de una caída en el año, padecen de tres o más enfermedades crónicas, enfermedad crónica que condiciona incapacidad funcional parcial, como déficit visual, auditivo, osteoartritis, parkinson, EPOC, insuficiencia cardíaca reciente, toma de más de tres fármacos por enfermedades crónicas, hospitalización en los últimos 12 meses y condiciones de pobreza.
Las principales situaciones que señalan que un adulto mayor presenta fragilidad son:
1. Vive sólo.
2. Se encuentra sin nadie a quien acudir si necesita ayuda.
3. No puede utilizar el teléfono ni abrir la puerta.
4. Hay más de dos días a la semana que no come caliente.
5. Su condición le impide salir por sí solo a la calle.
6. También problemas de salud que le imposibilitan valerse por sí mismo.
7. Necesita de alguien que le ayude a menudo.
8. Tiene dificultades con la vista para hacer sus labores.
9. Presenta mucha dificultad cuando conversa porque oye mal.
10. Ha estado ingresado en el hospital en el último año.
