Dr. Fernando Prieto

Conceptos equivocados acerca de cómo se debe morir


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Señalamos a continuación cinco errores frecuentes en que caemos cuando pensamos cómo se debe morir

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  • Señalamos a continuación cinco errores frecuentes en que caemos cuando pensamos cómo se debe morir

Las creencias que existen en la sociedad moderna acerca de cómo sí y como no se debe morir nos pueden provocar un estrés innecesario ya que la muerte es misteriosa y temida. Debido a que desconocemos tanto acerca del proceso de morir y de lo que sucede después de la muerte, hay muchas ideas falsas alrededor del tema.

Estas creencias pueden hacernos sentir culpables, temerosos o incómodos. Si nos informamos mejor y comprendemos que la muerte es parte natural de la vida, vamos a estar mejor cuando llegue a un ser amado o a nosotros mismos. No pretendo decir que la muerte de un ser querido no deba entristecernos, sino que es necesario comprenderla mejor para vivir un duelo más sano y vivificante. Este escrito está inspirado en lo que recientemente publicó DailyCaring.com

He aquí cinco errores frecuentes, aparejados con cinco verdades acerca de la muerte:

  1. Quienes mueren se sienten peor si sus seres queridos no están cerca. (Falso)
    No sabemos el día o la hora en que vamos a morir. Aunque a veces parece que alguna persona espera antes de morir a que alguien llegue o se vaya, estar o no estar presentes en el momento en que alguien muere no puede interpretarse como signo de amor o de desamor, de valentía o de cobardía. Tampoco podemos juzgar el hecho de que el moribundo quiera o no quiera que estemos presentes.
  2. Hay que hacer todo lo posible para evitar la muerte. (Falso)
    La vida puede terminar a causa de la edad avanzada, de un suceso accidental, de una falla orgánica impredecible, o de una enfermedad. Los recursos técnicos y tratamientos pueden resolver el problema que pudiera haberla causado o retrasar el momento de la muerte, pero también pueden fallar. Luchar contra la muerte con todos los recursos disponibles puede no ser lo más indicado, y puede causar más sufrimiento y daño que beneficio.
  3. No debemos permitir que la persona en proceso de morir pase hambre o sed. (Falso)
    Puede ser natural que una persona se niegue a comer o a beber. El apetito y la capacidad para comer o beber cambian como resultado de la edad o de la enfermedad. Las personas no mueren porque se nieguen a comer o beber; en cambio, la falta de deseo de comer o de beber puede deberse a las mismas alteraciones que causan la muerte. Es más, cuando se ingiere menos alimento o líquido, suele haber menos náusea, vómito, retención de líquido, sobrecarga del corazón y congestión pulmonar.
  4. Es mejor que la muerte ocurra en el hospital. (Falso)
    Por lo común, morimos fuera de un hospital. La muerte puede pasar en cualquier parte. Algunas personas tal vez prefieran morir en casa, o en cama, pero no todas. Sin embargo, no tenemos control sobre el lugar en que vamos a morir, ni siquiera cuando es a causa de la edad avanzada, o de alguna enfermedad.
    El tratamiento médico no siempre es lo mejor que podemos ofrecer a una persona moribunda. En muchas partes se puede dar brindar compañía, consuelo, alivio del malestar o del dolor y cuidados amorosos. Estar en lugar familiar, y con personas conocidas es bueno para la persona en proceso de morir.
  5. La persona debe estar consciente (o inconsciente) hasta el momento en que muere. (Ambas ideas son falsas)
    Muchas personas caen en sopor o en coma antes de morir. La falla de los procesos vitales naturales puede causar confusión o pérdida del conocimiento. No es preciso que la persona esté consciente.
    Aunque en ciertos casos conviene inducir sueño o sedación profunda en la persona en proceso de morir, eso no es siempre necesario ni apropiado.

Conocer es siempre mejor que ignorar. Concebir la muerte como el proceso normal con el cual termina la vida, y como algo que invariablemente sucederá algún día, nos prepara mejor para apreciar la vida, aprovecharla y comprender al mismo tiempo su valor y su fragilidad.

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