De autoestima a narcisismo, causa del repudio de hijos a padres

Por Gilda Sánchez

Idealista ilustrada y curiosa. Nació en la mitad del siglo XX en la región más transparente. Educada en la burguesía del bolero, del rock sesentero y por jesuitas de la Ibero. Desde que cumplió 50+ le cayó el veinte de que actuar sin ejercer la conciencia es desperdiciar el milagro de estar viva. Compartir experiencias y reflexiones que enriquezcan el alma es su pasión. Para eso escucha, habla y escribe.

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“ ¿Por qué los hijos adultos desdeñan a sus padres? Esta es la pregunta que trata de responder Elizabeth Vagnoni en un ensayo publicado en nextavenue.org, después de que sus dos hijos adultos le dejaran de hablar y se pusiera a estudiar sobre el tema del alejamiento entre padres e hijos.

Decirles a tus hijos que los extrañas y los amas no es suficiente, dice Vagnoni. Es importante mantener una conversación, pero es imposible cuando te responden con silencio, señala. Y es por eso, que el alejamiento de la autora con sus hijos, que empezó con un malentendido, no se ha podido sanar.

En su investigación sobre el alejamiento, Vagnoni descubrió que su historia no es única. Muchos padres hablan sobre pequeñas diferencias que en sí no parecen lo suficientemente terribles como para haber causado una ruptura, dice. Lo que encontró es que estos padres, en su mayoría de la generación de la posguerra, fueron la primera generación de padres que inculcaron en sus hijos la importancia de la autoestima. En muchos casos, parece que este amor propio se convirtió en narcisismo, según la autora.

El narcisismo está asociado con una noción de que todo te corresponde, lo cual te conlleva a una falta de empatía, sentimientos de superioridad y un mal manejo de la crítica. Este narcisismo de la nueva generación, que no existía en la anterior, puede ser el origen de la facilidad con la cual los hijos adultos de ahora repudian a sus padres. La nueva generación de hijos piensa que cuando alguien te critica, es mejor deshacerse de esa persona, cree Vagnoni.

Añade que el alejamiento no va a resolver ningún problema para nadie, tanto como para los padres como para los hijos. Hay que mantener una conversación y aprender a perdonar.