El cáncer ovárico avanzado se confunde con problemas gastroinstestinales
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• El cáncer de ovario conlleva la formación de tumores malignos en estos órganos del aparato reproductivo femenino y en su inicio no presenta síntomas distintivos, sino hasta las etapas más avanzadas.
Existen cuatro tipos de cáncer de ovario:
El germinal, el más frecuente, se origina de una de las tres clases de células que tiene este órgano y puede aparecer en diferentes etapas de la vida, aunque es un padecimiento que se presenta en mujeres muy jóvenes.
El segundo tipo es el cáncer estromal que aparece en adolescentes o en mujeres post menopáusicas. Se le considera curable la mayoría de las veces y se origina de las células ováricas del mismo nombre.
El más común y agresivo es el tercer tipo, el cáncer epitelial, que suele darse durante la peri menopausia; es decir, alrededor de los 50 años y sus síntomas son dolores de estómago
Y el cuarto tipo, aquel que no se origina en el ovario, sino que se manifiesta en éste, habitualmente surge en el tubo digestivo (Tumor de Krukemberg), aunque también en la mama. Se le conoce como cáncer metastásico.
En general los síntomas de cualquier cáncer ovárico se confunden con problemas gastrointestinales que habitualmente no ceden. Por ello, cuando el tratamiento no resuelve el problema de la paciente es una alerta que lleva a los médicos familiares a referir a las pacientes a los especialistas ginecólogos oncólogos.
Las manifestaciones tempranas del cáncer ovárico germinal son un tumor palpable o su hallazgo por ultrasonido o tomografía.
Este tipo de cáncer se caracteriza por la formación de tumor o tumores en cualquiera de los dos ovarios por la multiplicación de células. En el cáncer ovárico, éstas se diseminan por vía linfática y se siembran dentro del abdomen y órganos vecinos como el intestino, matriz y trompas uterinas.
Otra forma de diseminación, aunque poco común, es a través de la sangre, provocando metástasis, es decir, tumores originados en el ovario enfermo que se extienden a otros órganos como hígado, pulmón o incluso al sistema nervioso y por continuidad a la trompas, al útero y al endometrio. Esta forma de propagación tan agresiva limita las posibilidades de tratamiento eficaz.
El tumor germinal es altamente sensible al tratamiento con quimioterapia, la cual tiene un efecto benéfico que en ocasiones logra acabar con el problema.
Los tumores estromales no responden bien a la quimioterapia, pero la cirugía es suficiente para controlarlos porque raramente se diseminan.
Los tumores epiteliales que suelen detectarse en las etapas más avanzadas debido por su velocidad de crecimiento y diseminación, no son tan sensibles a la quimioterapia. Este cáncer sólo se le diagnóstica por laparotomía y, en caso de que se trate de un tumor maligno, se extirpan útero, ovarios, ganglios y otras muestras del abdomen necesarias para establecer el avance del cáncer.
El manejo del cáncer de ovario siempre implica cirugía y la gran mayoría de las veces se apoya con la quimioterapia
La detección oportuna cómo en la mayoría de los cánceres es lo más importante para un manejo eficaz de esta enfermedad.
