La piel de los sextalescentes es muy vulnerable al frío
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Es esencial aumentar los cuidados de la piel durante el clima invernal.
Frente a una gradual caída en la temperatura por la llegada de las estaciones frías, es fundamental incrementar la humectación de la piel de los no tan jóvenes para prevenir que se reseque y por ello se descame generando comezón, sobre todo en brazos y piernas.
Con el paso del tiempo, la epidermis, o capa externa de la piel, se adelgaza, mientras que las glándulas sebáceas producen menos aceite, haciendo que la piel del adulto mayor se vuelva más seca. Y lo anterior se acentúa con climas fríos, secos y ventosos.
Es importante evitar productos que incrementen la resequedad, como el uso excesivo de jabones. Ante una extrema resequedad es aconsejable disminuir la frecuencia de los baños, bañarse sólo con agua o utilizar jabones más suaves como los de avena. Los baños deben de ser más cortos y no muy calientes. Después del baño y cuando la piel está todavía húmeda, es necesario lubricar la piel con crema para sellar la humedad. Además, hay que evitar el uso de talco y perfume ya que éstos pueden incrementar la resequedad.
Un ingrediente muy adecuado para tratar la piel reseca es la vaselina, un excelente humectante. Cuidar que las cremas comerciales de este tipo tengan la mínima cantidad de sustancias aromáticas. Los productos humectantes deben aplicarse en brazos y piernas más de una vez, incluso hasta tres veces si la piel lo requiere porque continúe viéndose seca.
Otros ingredientes tales como la urea, los alfahidroxiácidos, el ácido láctico, y el lactato de amonio, también ayudan a reducir la descamación y retener agua en la piel. Sin embargo, éstos últimos son químicos que pueden producir irritaciones, por lo cual hay que utilizarlos con cuidado.
Si la piel continúa seca a pesar de los cuidados anteriores, hay que consultar a un dermatólogo ya que la piel escamosa y quebradiza puede señalar algún problema más serio.
