Gilda Sánchez

Muerte en los bosques mexicanos


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• Pareciera que la extinción de la mariposa monarca no es suficientemente grave como para movilizar esfuerzos públicos y privados para impedirla. ¿Porqué de esto se habla muy poco al igual que de la deforestación que está ocurriendo en nuestro país a un ritmo impresionantemente acelerado?

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deforestacion-1La desaparición de este lepidóptero –insignia del Tratado de libre Comercio de América del Norte–  insólito por la increíble travesía que efectúa desde Canadá y Estados Unidos a México,  puede convertirse pronto en otra prueba de que la preservación ambiental en México no es un asunto prioritario para los socios globales en esta región  hemisférica.

Los problemas de la enorme escasez y contaminación del agua así como la gigantesca y peligrosa generación de basura que enfrentamos en México, no se comparan con la tragedia que significa la deforestación de nuestro territorio, a un ritmo de 700 mil hectáreas por año, la cual no es sólo la causa que amenaza la vida de las monarcas, sino  también la que pone en riesgo la vida de las próximas generaciones de muchos mexicanos por sus efectos de desequilibrio ambiental.

Este consenso de destacados ambientalistas de nuestro país no parece tener eco suficiente ya que ni la sociedad civil ni el gobierno actúan con la decisión necesaria para controlar la tala ilegal, los incendios forestales y el cambio de uso de suelos. En los bosques de oyameles michoacanos donde hibernan las mariposas, la tala indiscriminada continua sin parar induciendo a que en un lapso de 20 años las monarcas no cuenten con bosques que permitan su sobrevivencia y entonces éstas se conviertan en una especie que sólo admiremos en los museos.

En México las áreas naturales protegidas no son propiedad del gobierno como lo son parquelos parques nacionales de Estados Unidos y Canadá donde es un delito federal cualquier agresión a este tipo de  territorios. En nuestro país aunque son áreas reservadas, continúan perteneciendo a sus dueños originales.

En Michoacán los bosques de la reserva Especial de la Biósfera Mariposa Monarca están sujetos a graves presiones de los pobladores de la región ya que su aprovechamiento forestal  representa ingresos económicos para los ejidatarios, anteponiéndose a interese ecológicos y ambientales. Además, existen mafias organizadas que se dedican a la tala ilegal en todo el estado sin que, extrañamente, sean detenidos por las autoridades.

Estudios basados en fotografía aéreas realizados por equipos de investigadores tanto mexicanos como estadounidenses calculan  que la devastación de los bosques de diez años atrás, es de un 50 por ciento. La reforestación es insuficiente ya que para garantizar la protección de los cientos de millones de mariposas que emigran año con año desde el norte del continente, los árboles deben ser adultos y su densidad debe rebasar los 400 individuos por hectárea puesto que de nos ser así, la temperatura disminuye considerablemente causando la muerte masiva por congelamiento de las mariposas.

Si la degradación de bosques y selvas es un atentado a la vida de las especies dado que selva-baja-caducifoliaacelera el calentamiento terrestre al no tener con que absorber el bióxido de carbono de la atmósfera, no permite la regulación de los microclimas de los habitats donde viven todo tipo de especies, provoca la erosión de los suelos e impide la recarga de los mantos acuíferos ¿por qué no actuamos para detener nuestro propio aniquilamiento?

¿Por qué si entendemos el papel crucial que juegan los bosques y selvas en el ciclo de conservación del agua y por ende de la vida, no somos ni siquiera capaces de poner este asunto como uno de los más prioritarios en la agenda de discusión pública? Parece que llevamos prisa por ver la muerte de los bosques, de las mariposas y la de nuestra propia especie.

agendapublica@nuevosmedios.com.mx

 

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