Doctor Héctor Genis Zárate

Paracetamol, ácido acetilsalicílico o ibuprofeno ¿Cuándo tomar cada uno?


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La automedicación con algún tipo de analgésico es la respuesta más inmediata cuándo sentimos un dolor en el cuerpo

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  • La automedicación  con algún tipo de analgésico es la respuesta más inmediata  cuándo sentimos un dolor en el cuerpo

 

 

Frecuentemente cuando  empezamos a padecer un dolor leve o común, la mayor parte de nosotros tendemos a auto medicarnos para que un fármaco nos libre de éste.

Solemos acudir a nuestro botiquín casero para encontrar un medicamento que nos libre de esa molestia dolorosa y en la actualidad las opciones comunes que se  nos brinda se reducen principalmente a tres tipos de analgésicos.

Sin embargo, de las tres que existen en el mercado: ibuprofeno, paracetamol o  ácido acetilsalicílico  (como principios activos) no tenemos la certeza de cuál es el más adecuado para el tipo de dolor que padecemos.

Normalmente lo decidimos por el que está más a la mano, sin conocer los beneficios o perjuicios concretos que tiene cada medicamento para nuestro organismo.

En ocasiones también  usamos uno de estos tres medicamentos porque es el que nos ha funcionado anteriormente para algún dolor.

Como estos analgésicos son medicamentos que las farmacias administran sin receta médica y por ello tenemos acceso.

A pesar de que los tres tienen la función de aliviar el dolor, esto no los hace ser lo mismo ni usarse en los mismos casos.  Cada uno tiene  una actuación más rápida o más lenta sobre la zona dañada  y efectos colaterales diferentes.

Medicamentos

Ventajas y desventajas de cada uno de estos tres analgésicos:

El paracetamol, además de ser un analgésico (alivia el dolor), es un antipirético (baja la fiebre). No se le conocen propiedades antiinflamatorias.

Uno de los efectos negativos y peligrosos del paracetamol es que hace trabajar mucho al hígado y que en dosis muy elevadas o en combinación con alcohol (u otras drogas) también podría dañarlo. La intoxicación por paracetamol es una de las más por ello no es recomendable el uso de paracetamol si tiene problemas de estómago o hígado.

El paracetamol actúa sobre el cerebro, haciendo que este deje de recibir la señal de dolor de la zona dañada, por eso no se considera antiinflamatorio, porque no actúa sobre la zona afectada.

Este analgésico está indicado para tratar dolores de cabeza, bajar la fiebre, dolor de muelas, tratar la gripe, el malestar general o la gota.

No funciona para los dolores musculares, ni de artritis, ya que como decíamos, no reduce la inflamación.

 

La aspirina o ácido acetilsalicílico es un fármaco perteneciente a la familia de los antiinflamatorios. Su origen proviene de la corteza del sauce aunque actualmente se obtiene de forma sintética.

Este fármaco tiene propiedades antiinflamatorias y además es calma el dolor, baja la fiebre y, lo más importante, es un anticoagulante sanguíneo

Está indicado para el tratamiento de dolores de cabeza, musculares, aquellos producidos por la artritis reumatoide y otras enfermedades autoinmunes. Además esta sustancia podría ser útil para bajar la fiebre y la inflamación.

No está  recomendado para personas que sufran problemas de estómago, enfermedades con sangrado excesivo (como hemofilia) o personas con gota.

También puede provocar complicaciones si es administrado en personas que padecen gripe.

El ibuprofeno también pertenece a la familia de los antiinflamatorios, como el ácido acetilsalicílico, pero es más potente que este.

Tiene además la función de analgésico pero, en cambio, no es un antipirético efectivo. A diferencia del ácido acetilsalicílico no irrita tanto el estómago ni es anticoagulante.

Su absorción con agua en el estómago es mucho más rápida que la de la aspirina, por ello su actuación sobre la zona dañada es más rápida.

Sin embargo, también es más rápida la absorción del medicamento en caso de sobredosis y en este caso podría dañarlo, al igual que si es tomado en ayunas por lo que es recomendable tomarlo con los alimentos.

Se recomienda el uso de ibuprofeno en casos de dolores musculares, dolores producidos por enfermedades autoinmunes (como artritis o lupus), el dolor menstrual, dolor de cabeza no migrañosos y  dolor de garganta.

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