Gilda Sánchez

José Saramago / celebridad de la semana


Comparte en tus redes sociales

Facebooktwitter

• Premio nobel de literatura 1988, cuyos personajes entrañables y estilo peculiar, rítmico e inigualable, nos dan razones suficientes para leerlo. Su constante postura de solidaridad con los desfavorecidos y con la verdad de su visión del mundo que defendió hasta el día de su muerte, es sin embargo lo más importante de su obra.

Decrease Font Size Increase Font Size Tamaño del texto Imprimir esta página

saramago_postcardEl premio nobel de la literatura se otorga por toda una trayectoria.   Hasta 1998, cuando recibió el premio, Saramago había publicado 25 libros.

Sobre el estilo literario del autor se ha dicho que los libros de José Saramago tienen el inconveniente de estar mal escritos y no es que lo estén  sino que el uso de su puntuación es  muy distinto a lo convencional. Pero por ello mismo su peculiar y personal sintáctica se convierte en una especie de cualidad original  entregándonos una prosa con un ritmo que enamora, con una musicalidad única.

En un reportaje publicado en el diario español El Mundo, el escritor dijo: “Incluso cuando aparece un punto o una coma, no son señales de puntuación sino son señales de pausa al igual que en la música”.

Como ejemplo magistral Saramago ilustró sobre la buena lectura del siguiente verso de Calderón donde impone no hacer pausas luego del signo de interrogación: ¿Qué es la vida? Un frenesí.  La presencia de esos signos no necesariamente exige pausas; por el contrario, hacer una pausa destruiría el octosílabo, nos dijo.

La  obra de José Saramago siempre estuvo comprometida con el género humano. Nacido en Portugal en 1922, los libros de este gran narrador, siempre interrogan, ventilan, debaten los motivos profundos de las personas y  sus sistemas de gobierno. Tanto así que sus cuestionamientos al respecto lo llevaron a ser perseguido y censurado en su país hasta 1974.

La mayor parte de la narrativa de autor lusitano está sustentada en parábolas llenas de compasión e ironía que nos muestran y nos llevan a descubrir la realidad ilusoria del mundo que él observa. Este es otro de los aspectos centrales de la literatura  de Saramago por la que leerlo resulta tan atractivo.

Murió el 18 de junio de 2010 a los 87 años de edad en su domicilio de la isla de Lanzarote en Islas Canarias, donde vivía desde la década de los 90, cuando después de la publicación de “El evangelio según Jesucristo” Saramago decidió dejar Portugal porque las las ideas expuestas en esa novela no encajaron con la catolicidad del país.

Facebooktwitter

¿Tú que opinas? ¡Nos interesa mucho saberlo!