Gilda Sánchez

Luis Nishizawa, poeta del paisaje


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Luis Nishizawa Flores maestro del dibujo, espléndido ceramista, poético paisajista, delicado muralista y paciente profesor, falleció el lunes 29 de septiembre, a los 96 años, mientras dormía.

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El arte de Japón y de México tomaron forma en su obra. Sus paisajes poseían la suavidad de los dibujantes japoneses de la antiguedad…

 

nishizawa y el nevado de tolucaLuis Nishizawa Flores maestro del dibujo, espléndido ceramista, poético paisajista, delicado muralista y paciente profesor, falleció el lunes 29 de septiembre, a los 96 años, mientras dormía. Apacible fue su muerte, como en vida su trato, su andar, su existencia toda.

Luis, nombre muy occidental con apellido paterno muy oriental: Nishizawa y materno muy mexicano: Flores. El arte de Japón y de México tomaron forma en su obra. Sus paisajes, lo más conocido y aclamado en el mundo, poseían la suavidad de los dibujantes japoneses de la antiguedad, mismos que Nishizawa estudió con deleite.

Nishi, como le llamaban con afecto sus colegas, nació el 2 de febrero de 1918, en la Hacienda de San Mateo, en Cuatitlán, Estado de México. Su padre Kenji Nishizawa, llegó a México a principios del siglo XX; provenía de la Prefectura de Nagano, Japón. Su madre, María de Jesús Flores era originaria del Estado de México.

Luis Nishizawa fue un niño que creció en un ambiente de escasos recursos económicos; fue un niño pobre, no se avergonzaba de ello, con gran sensibilidad para disfrutar los pequeños detalles diarios de la vida. Fue un observador del paisaje mexicano primero y, más tarde, de aquel de sus ancestros japoneses. Fue pastor en su tierra mexiquense y allí tuvo oportunidad de mirar con detenimiento las pequeñas grandes cosas de la vida.

Nishi no estaba tan joven cuando ingresó a estudiar arte en la Academia de San Carlos. Era 1945 y tenía 27 años de edad. Supo recuperar el tiempo pues encontró su vocación mas profunda: expresar las emociones a través del arte.

SONY DSCA lo largo de su muy productiva existencia, experimentó con la piedra de distintos colores, hizo escultura y mural con ella. También dejó vitrales tanto en México como en otras partes del mundo. Creó murales que permanecen en pie en instituciones mexicanas, como los que hizo entre 1957 y 1959 para el Centro Médico Nacional, del IMSS o ese otro que en 1969 creó en cerámica para el IMSS de Celaya Guanajuato, y que tituló: Un Canto a la Vida. Trece murales en total dejó como herencia, sembrados en México, Cuba y Japón.

A propósito de Japón, la tierra originaria de su padre, Nishi  la conoció hasta 1963, cuando exhibió obras en el Museo de Arte Moderno de Tokio.

Más tarde, en 1981, haría el mural: El espíritu creador siempre se renueva, en la estación del Metro Keiseia Narita, en Japón.

Como maestro dio clases durante más de medio siglo en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, de la UNAM, a la que, según dijeron sus propios  alumnos, los últimos años acudió en silla de ruedas. No quería retirarse; fueron sus hijos quienes lo jubilaron cuando vieron  su delicada salud le impidió continuar la tarea docente.

Fue Premio Nacional de Artes en 1996 y Doctor Honoris Causa por la UNAM. El gobierno de Japón lo reconoció con el galardón: “Tesoro Sagrado del Dragón”. Fue Miembro Numerario de la Academia de Artes y Creador Emérito de Conaculta.

Luis Nishizawa dijo de su propia obra: “He incursionado desde el realismo hasta el abstraccionismo. Uno tiene que recorrer muchos campos y quedarse después en lo que considera lo más apegado a su personalidad”. Tenía 96 años cuando dejó este mundo.

 

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