Silicon Valley se beneficia con diseñadora de casi 90 años
Por Gilda Sánchez
Idealista ilustrada y curiosa. Nació en la mitad del siglo XX en la región más transparente. Educada en la burguesía del bolero, del rock sesentero y por jesuitas de la Ibero. Desde que cumplió 50+ le cayó el veinte de que actuar sin ejercer la conciencia es desperdiciar el milagro de estar viva. Compartir experiencias y reflexiones que enriquezcan el alma es su pasión. Para eso escucha, habla y escribe.
Actualmente La abuela de Silicon Valley forma parte del equipo creativo de Ideo, donde no sólo diseña sino que aporta su opinión en importantes proyectos.
Conocida como La abuela de Silicon Valley, Bárbara Beskind es un ejemplo viviente de que los sueños se pueden hacer realidad. A los 10 años ya sabía que quería ser diseñadora pero lamentablemente en aquellos tiempos esta profesión era sólo para hombres y no admitían mujeres en las escuelas de Ingeniería. Bárbara optó por estudiar enfermería y sirvió como fisioterapeuta en la Segunda Guerra Mundial. Pasaron 80 años para que Bárbara pudiera cumplir su sueño de vida.
Hace un par de años vio por televisión una conferencia con fundador de Ideo, una consultora de diseño especializada en innovación. Bárbara decidió escribir a la empresa ofreciendo sus servicios: “Tengo casi 90 años y estoy ansiosa de poder trabajar con otros que compartan mi pasión por el diseño enfocado a resolver los problemas…”, esas fueron las primeras palabras. Tras varias entrevistas Barbara obtuvo el trabajo.
Actualmente La abuela de Silicon Valley forma parte del equipo creativo de Ideo, donde no sólo diseña sino que aporta su opinión en importantes proyectos. Sus compañeros de trabajo la valoran y respetan y destacan de ella dos cualidades: su facilidad para experimentar cualquier idea por alocada que parezca y su lema, “hazlo sencillo”.
La historia de Beskind es un ejemplo para todos aquellos que, por alguna razón, no han podido seguir sus sueños; es una enseñanza de vida que nos recuerda que nunca debemos abandonar nuestros deseos más profundos. Con sus nueve décadas de vida y mucha experiencia, esta mujer tiene mucho que ofrecer al mundo y está dispuesta a seguir haciéndolo. Seguramente seguirá sorprendiéndonos.
Fuentes: El País y www.growingbolder.com