Gilda Sánchez

Breves cuentos budistas / el tercero


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Hoy te compartimos el tercero de varias historietas de la tradición budista que nos dicen mucho para ayudarnos a no perder nuestra armonía emocional…

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Los monjes budistas y la mujer hermosa

“Dos monjes budistas, uno viejo y otro joven, paseaban fuera del monasterio, cerca de una corriente de agua que había inundado los alrededores. Una hermosa mujer se acercó a los monjes y les pidió ayuda para atravesar el  inmenso charco.

El monje joven estaba horrorizado ante la idea de llevarla en sus brazos, pero el viejo con total naturalidad la tomó y llevó al otro lado. Después, los monjes continuaron caminando.

El joven no podía dejar de pensar en el incidente y finalmente exclamó: “¡Maestro!, usted sabe que hemos jurado abstinencia. No nos permiten tocar a una mujer así.” ¿Cómo pudo usted tomar a la hermosa mujer en brazos, dejarle poner las manos alrededor de su cuello, los pechos junto su pecho, y llevarla a través del aguazal así?”. El anciano le respondió: “¡Hijo mío, usted todavía la lleva encima!”.”

El tercero de estos microrrelatos budistas nos ayuda a entender que a veces cargamos con el pasado, con emociones de culpa o resentimiento, y lo hacemos más pesado de lo que en realidad fue.

Aceptando que el incidente no forma parte de nuestro presente, podemos quitarnos un gran peso emocional de encima.

Budismo proviene de la palabra “budhi”, que significa despertar. Por esa razón, la filosofía budista se considera la filosofía del “proceso de despertar”. Un proceso por el que no solamente abrimos los ojos, sino también el resto de sentidos y nuestro intelecto, de una forma plena a través de diferentes maneras como los microrrelatos budistas.

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