Calambres, desde simple fatiga muscular hasta síntoma de padecimientos graves
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• Un calambre muscular puede ser una alerta de enfermedades crónico degenerativas como la diabetes mellitus. Es un síntoma originado principalmente por una alteración de electrolitos como sodio, calcio y potasio
Esta contracción involuntaria y dolorosa, generalmente en extremidades inferiores, constituye desde una manifestación común de los músculos, hasta una alerta de un control inadecuado de enfermedades crónico degenerativas.
Si los calambres aparecen sin ser provocados por fatiga muscular o falta de irrigación sanguínea y más de dos veces por semana, son una señal importante para detectar padecimientos crónico degenerativos que los provocan, como la diabetes mellitus y enfermedades de la tiroides, entre otras.
Los calambres son incómodos y duelen considerablemente. Tienen una duración breve, son controlables y casi siempre desparecen cuando se hace un estiramiento pasivo de la extremidad, contrario a la zona del espasmo y con ello se revierte el síntoma.
Cuando se originan por fatiga muscular y deshidratación, en caso de ejercicio intenso o falta de irrigación sanguínea por la misma posición en largos períodos, como en atletas de alto rendimiento, estancias prolongadas en cama o en mujeres embarazadas, sobretodo en segundo y tercer trimestre, generalmente este trastorno no tiene impacto en la salud ni pone en peligro la vida.
El sedentarismo –la inmovilidad prolongada de los grupos musculares—también impide una adecuada circulación sanguínea y una oxigenación correcta en los grupos musculares, además de que constituye un factor de riesgo de enfermedades como obesidad y diabetes mellitus.
Esta última afecta el metabolismo de los nervios y, cuando no hay control metabólico adecuado, perjudica las terminaciones nerviosas (neuropatía diabética), lo que produce dolores importantes en miembros inferiores similares a calambres, expuso. También aparecen en la hipertensión que comúnmente acompaña a este padecimiento, ya que los electrolitos en sangre disminuyen por el uso de antihipertensivos o diuréticos que favorecen la pérdida de potasio, principalmente.
Los diabéticos de larga evolución tienen alteraciones de las fibras musculares, pero no se dan cuenta hasta que no se presentan los síntomas y uno de éstos son los calambres en extremidades. Por ello, es importante que estos pacientes se apeguen a revisión médica y pruebas de laboratorio en forma periódica.
Hay que tomar en cuenta que este padecimiento se suele confundir con otros y por esta razón, los médicos familiares interrogan escrupulosamente a los pacientes para conocer si la molestia corresponde a una contractura muscular o es un dolor de la extremidad con otro origen, indicó.
A quienes presentan calambres, primero deben identificarse si son diabéticas, con falla renal crónica, tratadas con diálisis o hemodiálisis, o alguna otra enfermedad que altere los electrolitos para poder determinar el manejo médico adecuado.
Aunque a cualquier edad se presenta este síntoma, incluso en menores de edad cuando están deshidratados, las personas a partir de la quinta década de vida son más propensas a padecerlo, porque en este grupo de edad se da la mayor prevalencia de enfermedades crónico degenerativas.
Ya que los calambres pueden relacionarse con deshidratación, se recomienda la ingesta adecuada de líquidos y dieta rica en alimentos con potasio (naranjas, jitomates, plátanos, entre otros), no auto medicarse y acudir a revisión o ajuste de medicamentos como antihipertensivos, broncodilatadores y diuréticos, entre otros, que afectan a los electrolitos.
Los pacientes con deshidratación muy intensa pueden poner en peligro su vida, debido a que la falta de electrolitos causa arritmias cardiacas severas que pueden ser letales.
