El otoño es el momento ideal para contar tus bendiciones y solucionar tus pendientes
• En esta época la Tierra ha girado sobre su eje, como lo hace año con año, hablándonos así del cambio como lo único seguro que existe
Los cambios atmosféricos otoñales nos mueven a reflexionar sobre lo cosechado, lo que hemos trabajado en los distintos niveles de nuestras vidas y también nos piden percibir y valorar las bendiciones otorgadas.
En esta ocasión el otoño se ha retrasado y en lugar de llegar como suele hacerlo el 21 de septiembre, este año se atrasó dos días, llegó el 23. Sin embargo, como siempre se aparece empiezan a aflorar sensaciones y sentimientos coincidentes con la energía que lo acompaña.
Nostalgia, recuerdos y reflexiones rodean al otoño. Las lluvias suelen retirarse, excepto por un paréntesis del famoso temporal “cordonazo de San Francisco” que nos empieza a enfriar con lluvias, nublados y bajas temperaturas alrededor del cuatro de octubre, día dedicado a la memoria del Santo.
Aparte de este puntual acontecimiento climático en nuestro país, en el otoño el viento hace caer las hojas de los árboles y suele despejar el cielo dejando sólo nubes escasas. El poder de la luz del sol pierde fuerza y el dominio del astro se retira en esta temporada de inicio de sombras.
Cuando se recogen los frutos que la tierra ha producido y se experimentan resultados de nuestras acciones, toca reconocer, tomar conciencia que, independientemente de la cosecha material, poseemos cuestiones más importantes, como los afectos, la cercanía de la familia y la salud física que a la mejor gozamos. En ello está la prosperidad real que esta época nos obliga a mirar.
Apreciemos y celebremos en sintonía estacional y, al igual que la naturaleza, bajemos el ritmo, pensemos, reflexionemos y agradezcamos. Nuestro planeta nos da el ejemplo del ritmo que hay que dar a nuestras vidas.
Apreciemos la luz que, aunque disminuida en esta temporada, es mucho más directa y nos invita a mirar nuestro interior. A efectuar un inventario de lo que ya tenemos y de lo que nos hace falta trabajar para ser mejores.
Los vientos del otoño anuncian que es el momento de valorar nuestras obras y dar gracias por la continuación de la vida. Un tiempo perfecto para preguntarnos ¿Qué hicimos por nosotros mismos?¿Qué hicimos por los demás?