Gilda Sánchez

Poesía y miel… Rubén Darío y Antonio Machado


Comparte en tus redes sociales

Facebooktwitter

Campoamor  de Rubén Darío Éste del cabello cano, como la piel del armiño, juntó su candor de niño con su experiencia de anciano; cuando se tiene en la mano un libro de tal varón, abeja es cada expresión que, volando del papel, deja en los labios la miel y pica el corazón. Anoche cuando dormía […]

Decrease Font Size Increase Font Size Tamaño del texto Imprimir esta página

casitas-08Campoamor
 de Rubén Darío

Éste del cabello cano,
como la piel del armiño,
juntó su candor de niño
con su experiencia de anciano;
cuando se tiene en la mano
un libro de tal varón,
abeja es cada expresión
que, volando del papel,
deja en los labios la miel
y pica el corazón.

Anoche cuando dormía
de Antonio Machado

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.

Di, ¿por qué  acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
de donde nunca bebí?

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.

Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón

Facebooktwitter

¿Tú que opinas? ¡Nos interesa mucho saberlo!