Fue tanto mi enojo saber que era diabética que le reclamé a Dios
Fue una lucha interna entre la negación y la ansiedad. Pensé que me iba a morir, refiere que andaba por el metro Tacuba y lo último que recuerda es que se sintió como entre nubes y no se sabe bien cómo llegó a su casa.
Fue tanto mi enojo saber que era diabética que le reclamé a Dios, cuenta a Crónica Marisela Gutiérrez Colorado
- Fue una lucha interna entre la negación y la ansiedad. Pensé que me iba a morir, refiere que andaba por el metro Tacuba y lo último que recuerda es que se sintió como entre nubes y no se sabe bien cómo llegó a su casa.
“Fue un balde de agua fría saber que era diabética”; “¡no!, ¿por qué a mí?”.- “El diagnóstico de que era diabética fue como un balde de agua fría. En ese momento fui de lo más incrédula, una parte de mi cerebro me decía que el doctor se había equivocado de paciente. No, no puedo ser yo”, cuenta a La Crónica, Marisela Gutiérrez. Asegura que el momento de mayor conciencia de cuidarse al máximo vino después del evento en que fue atendida de urgencia. A los pocos meses falleció por diabetes un amigo suyo. “Entonces algo pasó dentro de mi cerebro que empecé a controlar mi alimentación”. Con el apoyo del Club de Diabéticos del IMSS aprendió a cocinar con base en una lista de alimentos sustitutos y a balancearlos, porque el secreto, dice, son las cantidades.