115 años máxima edad de longevidad humana

Por Rocío Ruenes

Enamorada de la naturaleza y la salud física y espiritual. Investiga y escribe acerca de temas que puedan beneficiar al alma y al cuerpo. El arte, la medicina, la música, el cine y las relaciones humanas, son los territorios que la apasionan.

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115 años máxima edad de longevidad humana

• A pesar de que la población que supera los cien años de edad ha aumentado, la edad máxima a la que se puede llegar no pasa los 115 años

La revista Nature publica que es muy posible que hayamos alcanzado el límite hasta donde se puede prolongar la vida humana de forma natural, según un estudio de la Escuela de Medicina Albert Einstein de Nueva York.

Tras la muerte de una ciudadana francesa que fumó hasta los 117 y murió en 1997, a la extraordinaria edad de 122 años,   conoció a Vincent Van Gogh, montó en bicicleta hasta el día de su centésimo cumpleaños, New York Times tras su muerte, informó que desde entonces, ningún ser humano ha superado esa cifra cuyo record lo tiene Jeanne Calment.

Aunque durante el último siglo, la especie humana ha visto incrementarse en treinta años su esperanza de vida, que es el tiempo promedio entre el nacimiento y la muerte de los individuos de una población.

Se pensaba que el aumento de la expectativa de vida, junto a diversos experimentos en animales, podía significar que longevidad era algo flexible, y que por lo tanto podríamos llegar a aumentar lo largo de nuestras vidas constantemente.

La prolongación de la expectativa de vida, sin embargo, se debe principalmente a una drástica reducción de las muertes prematuras, como las causadas por infecciones, gracias a los avances médicos del siglo pasado.

Además, la disminución de la mortalidad en la tercera edad pero hasta cierta edad de acuerdo a lo que reporta el estudio.

A pesar de que actualmente el número de centenarios y supercentenarios ha aumentado en las últimas décadas, la edad máxima que alcanzan se estancó en 1995 en una media de 115 años, con contadas excepciones como Jeanne Calment.

Se considera que este estancamiento no implica que el envejecimiento esté programado genéticamente sino que el límite de la longevidad es una consecuencia secundaria de los procesos que nos permiten desarrollarnos, crecer y reproducirnos, y que provocan que nuestro organismo acumule daños a lo largo del tiempo.

Aunque poseemos sistemas para protegerse de estos daños, pero “no son perfectos, porque a la evolución no le interesa la inmortalidad, sino la reproducción”, según reporta Jan Vijg.