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El dragón, relato corto de Borges – lectura en casa


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La selección que hacemos para este domingo es de un libro no tan largo, que se lee rápido y que es además muy entretenido

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Tomado del Manual de Zoología Fantástica, un libro muy corto de Borges donde describe animales  increíbles.

BORGES Manual de zoología fantásticaLa primera edición de este libro, escrito por Jorge Luis Borges con la colaboración de

Margarita Guerrero, apareció con el título de Manual de Zoología Fantástica (Fondo de

Cultura Económica, México, 1957).

Borges incluye «seres imaginarios»,  que se ha compilado en un manual de los extraños entes que ha engendrado, a lo largo del tiempo y del espacio, la fantasía de los hombres.

Da click para que descarques El dragón del Manual de Zoología Fantástica.

 

 

El buen Borges bien pudo escribir algunos de los poemas más sesudos de la lengua española, sus cuentos son también muy conocidos por muchos y no se digan sus análisis literarios.

Borges siempre es un agradable reto pero tiene pequeño librito que no es tan leído como sus cuentos al ser tan corto se lee de una sentada y también porque refleja algunos de los temas más socorridos por el gran argentino.

El Manual de Zoología Fantástica reúne las historias de los más impredecibles seres que habitaron la imaginación del hombre. Sabemos que manuales de este tipo hay muchos, pero definitivamente la pluma de Borges y la de Margarita Guerrero (quién contribuyo al libro) los presentan de una forma inigualable.

¡No te lo pierdas!

 

El dragón posee la capacidad de asumir muchas formas, pero estas son inescrutables. En

general lo imaginan con cabeza de caballo, cola de serpiente, grandes alas laterales y

cuatro garras cada una provista de cuatro uñas. Se habla asimismo de sus nueve

semblanzas; sus cuernos se asemejan a los de un ciervo, su cabeza a la del camello, sus

ojos a los de un demonio, su cuello al de la serpiente, su vientre al de un molusco, sus

escamas a las de un pez, sus garras a las del águila, las plantas de sus pies a las del tigre y

sus orejas a las del buey. Hay ejemplares a quienes les faltan orejas y que oyen por los

cuernos. Es habitual representarlo con una perla, que pende de su cuello y es emblema del

sol. En esa perla está su poder. Es inofensivo si se la quitan.

La historia le atribuye la paternidad de los primeros emperadores. Sus huesos, dientes y

saliva gozan de virtudes medicinales. Puede, según su voluntad, ser visible a los hombres o

invisible. En la primavera sube a los cielos; en el otoño se sumerge en la profundidad de

las aguas. Algunos carecen de alas y vuelan con ímpetu propio. La ciencia distingue

diversos géneros. El dragón celestial lleva en el lomo los palacios de las divinidades e

impide que éstos caigan sobre la tierra; el dragón divino produce los vientos y las lluvias,

para bien de la humanidad; el dragón terrestre determina el curso de los arroyos y de los

ríos; el dragón subterráneo cuida los tesoros vedados a los hombres. Los budistas afirman

que los dragones no abundan menos que los peces de sus muchos mares concéntricos; en

alguna parte del universo existe una cifra sagrada para expresar su número exacto. El

pueblo chino cree en los dragones más que en otras deidades, porque los ve con tanta

frecuencia en las cambiantes nubes. Paralelamente Shakespeare había observado que hay

nubes con forma de dragón («some times we see a cloud that’s dragonish»).

El dragón rige las montañas, se vincula a la geomancia, mora cerca de los sepulcros,

está asociado al culto de Confucio, es el Neptuno de los mares y aparece en tierra firme.

Los reyes de los dragones del mar habitan resplandecientes palacios bajo las aguas y se

alimentan de ópalos y de perlas. Hay cinco de esos reyes; el principal está en el centro, los

otros cuatro corresponden a los puntos cardinales. Tienen una legua de largo; al cambiar de

postura hacen chocar a las montañas. Están revestidos de una armadura de escamas

amarillas. Bajo el hocico tienen una barba; las piernas y la cola son velludas. La frente se

proyecta sobre los ojos llameantes, las orejas son pequeñas y gruesas, la boca siempre

abierta, la lengua larga y los dientes afilados. El aliento hierve a los peces, las exhalaciones

del cuerpo los asa. Cuando sube a la superficie de los océanos produce remolinos y tifones;

cuando vuela por los aires causa tormentas que destechan las casas de las ciudades y que

El Libro De Los Seres Imaginarios

Jorge Luis Borges Margarita Guerrero

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inundan los campos. Son inmortales y pueden comunicarse entre sí a pesar de las

distancias que los separan y sin necesidad de palabras. En el tercer mes hacen su informe

anual a los cielos superiores.

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