admin

Yo soy mi propia casa… poema emblemático de Pita Amor /Lectura en casa


Comparte en tus redes sociales

Facebooktwitter

Guadalupe Amor (1918, México-2000, México), famosa poeta mexicana de los años cincuenta de una belleza extraordinaria y una mujer de tremendos contrastes.

Decrease Font Size Increase Font Size Tamaño del texto Imprimir esta página

pita_amor_aniversario_muerteMás conocida como Pita Amor, solía cubrir su cuerpo con elegantes joyas, pero  lo que más le gustaba era dejar ver su cuerpo desnudo vistiendo con ropa de gasa transparente o dejando caer sus vestidos sin que le importara quién la viera.

Sin embargo su talento literario no está en duda. Sus sonetos fueron “perfectos”, en palabras de Elena Poniatowska, y en ellos esta mexicana nacida en 1918 también consiguió expresarse sin tapujos.

Quevedo, Góngora y Sor Juana Inés de la Cruz influyeron fuertemente en su poesía y sus versos dejan ver el estilo de estos literatos.

Les compartimos esta tarde uno de sus poemas… Yo soy mi propia casa

 

 

Yo soy mi propia casa

I

Casa redonda tenía

de redonda soledad:

el aire que la invadía

era redonda armonía

de irrespirable ansiedad.

 

Las mañanas eran noches,

las noches desvanecidas,

las penas muy bien logradas,

las dichas muy mal vividas.

 

Y de ese ambiente redondo,

redondo por negativo,

mi corazón salió herido

y mi conciencia turbada.

Un recuerdo mantenido:

redonda, redonda nada.

 

II

Escaleras sin peldaños

mis penas son para mí,

cadenas de desengaños,

tributos que al mundo dí.

 

Tienen diferente forma

y diferente matiz,

pero unidas por los años,

mis penas, o mis engaños,

como sucesión de daños,

son escaleras en mí.

 

III

De mi esférica idea de las cosas,

parten mis inquietudes y mis males,

pues geométricamente, pienso iguales

lo grande y lo pequeño, porque siendo,

son de igual importancia; que existiendo,

sus tamaños no tienen proporciones,

pues no se miden por sus dimensiones

y sólo cuentan, porque son totales,

aunque esféricamente desiguales.

 

IV

Me estoy volcando hacia fuera

y ahogándome estoy por dentro.

El mundo es sólo una esfera,

y es al mundo al que pidiera

totalidad, que no encuentro.

 

Totalidad que debiera

yo, en mí misma, realizar,

a fuerza de eliminar

tanta pasión lastimera;

de modo que se extinguiera

mi creciente vanidad

y de este modo pudiera

dar a mi alma saciedad.

 

V

De mi barroco cerebro,

el alma destila intacta;

en cambio mi cuerpo pacta

venganzas contra los dos.

 

Todo mi ser en pos

de un final que no realiza;

mas ya mi alma se desliza

y a los dos ya los libera,

presintiéndoles ribera

de total penetración

 

VI

Yo soy cóncava y convexa;

dos medios mundos a un tiempo:

el turbio que muestro afuera,

y el mío que llevo dentro.

Son mis dos curvas-mitades

tan auténticas en mí,

que a honduras y liviandades

toda mi esencia les dí.

 

Y en forma tal conviví

con negro y blanco extremosos,

que a un mismo tiempo aprendí

infierno y cielo tortuosos.

 

 

Facebooktwitter

¿Tú que opinas? ¡Nos interesa mucho saberlo!