Rocío Ruenes

¿Gerontólogo y Geriatra? ¿Cuál es la diferencia ?


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Los especialistas adecuados para atender y tratar a las personas mayores tienen su nombre…

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Geriatra y Gerontólogo son términos que frecuentemente se confunden. Te explicamos cual es el campo de actividad de cada uno.

Gerontólogo

Es el profesional que se encarga del estudio del proceso de envejecimiento en todos sus aspectos, tanto biológicos, como sociales, filosóficos, psicológicos, etc. Es un licenciado en Gerontología o Gerontología social y puede tener una maestría u otras especializaciones en esta misma área.

Su área de acción:

Educar e investigar acerca de todos los cambios que conlleva el envejecimiento: actividades, prevención de enfermedades, redes sociales, emociones, condiciones laborales, estimulación cognitiva, integración, discriminación, derechos, etc.

Su aportación para orientar a la familia consiste:

Asesorar a las personas mayores y la gente que los rodea  sobre los cambios al envejecer y  sobre temas sensibles como la enfermedad y la muerte.

Orientar sobre planes para la vejez, proporcionando información tanto de salud, como financiera y resolver dudas y falsas creencias sobre esta etapa de vida.

Determinar la necesidad de asistencia a domicilio, residencias o centros de día y diseño de planes personalizados para la vida diaria del Mayor: alimentación, estimulación cognitiva, integración a la familia, medidas de seguridad dentro y fuera de casa.

Geriatra

Es un médico especialista que estudia los aspectos biológicos del envejecimiento, y también tiene conocimiento de sus aspectos sociales, psicológicos, etcétera. Es un licenciado en medicina, que posteriormente hace una especialización en Geriatría y que debe cumplir con una residencia en Medicina Interna.

 

Su área de acción:

Atender a los Adultos Mayores con una visión principalmente biológica, a través de acciones preventivas, terapéuticas, rehabilitadoras y paliativas. Están capacitados para analizar clínicamente, diagnosticar y prescribir tratamientos médicos.

Su aportación para orientar a la familia consiste:

Revisar medicamente al paciente para conocer las condiciones generales de salud de la persona mayor.

Manejar  los síndromes geriátricos: demencia, depresión, caídas, trastornos del sueño, incontinencia, entre otros.

Tratar las enfermedades crónico degenerativas prioritarias en los mayores: diabetes, cáncer, hipertensión, etcétera, con el debido control de medicamentos.

Procurar no sólo el bienestar del Mayor sino también recobrar, dentro de lo posible, su funcionalidad y calidad de vida.

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