Josafat Gutierrez

¿Cómo impacta nuestra vida la incontinencia urinaria?


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Se considera incontinencia urinaria a toda perdida involuntaria de orina por la uretra en forma persistente. Adaptarse y aprender a convivir con ella puede suponer un importante reto psicológico. La prevalencia en la población de este padecimiento en general es más común en mujeres que en hombres, pero en los mayores de 65 años esta […]

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  • Se considera incontinencia urinaria a toda perdida involuntaria de orina por la uretra en forma persistente. Adaptarse y aprender a convivir con ella puede suponer un importante reto psicológico.

incontinencia_urinariaLa prevalencia en la población de este padecimiento en general es más común en mujeres que en hombres, pero en los mayores de 65 años esta diferencia tiende a igualarse.

La incontinencia provoca un gran impacto en la vida de una persona y de las que están a su alrededor por los sentimientos de miedo, vergüenza e incertidumbre de no saber cuándo nos puede pasar perder orina involuntariamente.

Cuando se empieza a tener problemas de incontinencia se tiene miedo de sufrir algún accidente por lo que de inmediato empezamos a cambiar o a suspender nuestras salidas. Con ello dejamos la oportunidad de hacer una actividad que nos aporta bienestar físico y psicológico, que además, puede lógicamente traer como consecuencia perder el contacto con amistades y limitar la vida social.

Dicho de otra forma, la incontinencia urinaria desencadena miedo, que pueden llevar al aislamiento social, situación nada recomendable para el bienestar emocional de los adultos mayores.

Entre los cuidadores también suele aparecer el sentimiento de tristeza, al ver cómo un ser querido va perdiendo capacidades. Un declive funcional siempre genera sentimientos de pérdida.

El miedo es otro sentimiento que se presenta tanto en el paciente de incontinencia como en el cuidador por tener que afrontar una situación nueva que genera muchas dudas y ante la que, como la mayor parte de las personas, no se ha aprendido a saber qué hacer.

No se sabe cómo tratar a la persona para que no se sienta mal o cómo entrar en el baño a ayudarla con el cambio y la limpieza que necesita.

La incontinencia no es sólo un padecimiento físico sino uno que conlleva una fuerte carga emocional. Por ello, y teniéndolo en cuenta debe hacerse consciente y pedirle al especialista una plática que lleve a comprender estos sentimientos asociados para manejarlos adecuadamente.

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