Negroni, un coctel refrescante y con mucha historia
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• Este famoso aperitivo se originó en los años ’20 en Florencia, Italia, donde el conde Camillo Negroni se reunía hace ya casi cien años en el Café Casoni.
Es una bebida muy refrescante que se suele tomar al mediodía con unas botanas. También ideal para acompañar un almuerzo ligero de la cocina italiana. Es mi favorito.
El barman del lugar, Fosco Scarselli, quien ya conocía el gusto habitual del conde: siempre pedía un Americano, Vermuth y Campari a partes iguales pero con el paso de los días y meses, el conde se cansó de aquella bebida, así que ambos se pusieron de acuerdo en hacer una prueba, y añadieron al Americano habitual, Dry Gin a partes iguales también. Y así nació el Negroni, un coctel al que el barman le puso el nombre de su cliente más habitual.
Ingredientes
1/3 parte de Vermut rojo
1/3 parte de Campari (bíter)
1/3 parte de Gin
Se le puede añadir agua mineral al gusto
Preparación
El coctel debe prepararse en el mismo vaso y lleva cubitos de hielo, pero nunca picado ni molido, pues el Negroni no debe aguarse. Por esa misma razón, las bebidas deben servirse ya frías de antemano, a fin de que el hielo no se derrita rápidamente y ensucie la bebida. Puede añadirse unas gotas de limón para potenciar el sabor, sobre todo del gin.
La fórmula original se servía con una rodaja de naranja en el filo del vaso.
El vaso clásico para un Negroni es el llamado Old Fashioned, un vaso bajo y ancho; las partes de los licores han de ser exactamente iguales, puesto que más gin de la cuenta daría un sabor excesivamente fuerte y alcoholizado, mientras que un exceso de vermut endulzaría en exceso el Negroni.
