Gilda Sánchez

Pérdida de equilibrio y mareo, problemas comunes con consecuencias negativas 2/2


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Sus familiares también han cooperado, ya no hay muchos obstáculos en casa y han colocado barandales a lo largo de la pared para que si algún día falta el equilibrio

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“No es normal, que al envejecer sintamos que la cabeza nos da vuelta, o peor aún, el no poder caminar en línea recta.  Debemos entender que esto siempre es debido a una enfermedad.

Pedro  tiene 73 años, es un hombre de familia, le gusta jugar con sus nietos, salir a caminar con sus hijos y tomarse Closeup of senior woman relaxing at homeun café con su esposa. Últimamente ha evitado salir a la calle, porque hace unos días sintió el piso se movía, las cosas daban vuelta a su cabeza se sintió muy mareado. Él pensó que lo bueno que era que fue en su casa, pero ¿qué tal si pasa fuera de casa y me caigo? Mejor no salgo.

Pero también hay otros motivos por los que sentimos el vértigo. A quien no le ha pasado, ¿que al estar acostados e incorporarnos nos mareamos  y perdemos el equilibrio? Yo que creo que a todos y eso se debe a que la sangre literalmente no sube tan rápido como el cambio de posición y nos mareamos. Existen enfermedades realmente agresivas que se acompañan de pérdida de  la audición de manera abrupta e imposibilidad para caminar por el mareo. Lo bueno que son raras.

Pedro debe de acudir con un médico para afrontar su situación, no dejarse vencer, porque la primera regla es no dejarse vencer por nuestros problemas. El medico determinará los estudios que debe de hacerse y los medicamentos que debe de tomar. Eso se lo dejamos a su geriatra.

Hay algunas cosas que puede hacer sin necesidad de medicinas. Por ejemplo: si le cuesta trabajo caminar en línea recta puede apoyarse de un bastón que le dé mayor estabilidad a su paso. Se puede colocar un collarín porque al mover la cabeza se precipita el mareo. Además evita levantarse de manera brusca y agachar la cabeza pues esto le genera mucho vértigo.

Sus familiares también han cooperado, ya no hay muchos obstáculos en casa y han colocado barandales a lo largo de la pared para que si algún día falta el equilibrio pueda apoyarse en ellas y así evitar caídas. Le compraron zapatos de su talla y que no se resbalan, con poco tacón para que pueda salir a las caminatas familiares.

Existen ejercicios que nos ayudan a mejorar el vértigo, todos los podemos hacer y son muy sencillos. Así los hace Pedro: de manera muy lenta, sentado, mueve la cabeza para adelante y para atrás 10 veces, después continua moviendo la cabeza de un lado a al otro y termina con giros a la derecha y luego a la izquierda 10 veces por igual. Esto lo hace tres veces al día.

Con la ayuda de todos, siguiendo las indicaciones y no dejándose vencer, Pedro día con día está mejor; es cierto que a veces regresa esa horrible sensación, pero ya sabe cómo actuar y qué hacer ante esto. Ha vuelto a caminar con sus hijos y a jugar (con cierta precaución) con sus nietos.

 

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