Gilda Sánchez

Publicidad engañosa sobre alimentos dizque saludables


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• Hoy en día los anuncios de alimentos “saludable”que generalmente vemos por televisión y en otro tipo de medios, son un ardid promocional para venderlos

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milagro 2Una gran mayoría de ellos nos hacen creer que estamos comprando productos milagrosos, con múltiples propiedades sanas, preparados de una manera natural, pero realmente esto no corresponde a la realidad del producto que anuncian.

Derivado de nuestros nuevos hábitos de vida estamos cambiando como nos alimentamos. cambiando. No sólo desde el punto de vista de nuevos alimentos, si no de su preparación, origen y forma de consumo.

La evolución del consumo de alimentos nos revela que ahora comemos más carne y derivados lácteos, más refrescos, bebidas azucaradas, más alimentos precocidos y pan industrializado en detrimento del pan de las panaderías.

Por el contrario alimentos como el arroz, las legumbres y las papas, son cada vez menos consumidos.

Curiosamente consumimos menos calorías que hace 50 años y estamos más gordos y con más incidencia de enfermedades relacionadas con la alimentación como la diabetes.

El cambio de hábitos de consumo de alimento es el principal factor. En la mayoría de las familias trabajan ambos cónyuges y dedicamos mucho tiempo al trabajo por lo que valoramos mucho el tiempo dedicado al ocio y por consiguiente el tiempo que nos queda para cocinar o comprar alimentos, es mínimo.

Obviamente todo esto no nos facilita llevar unos buenos hábitos alimentarios pero, ¿cómo aprovecha la industria alimentaria esta realidad?

Observando los estantes de cualquier supermercado podemos observar la proliferación de productos que nos ayudan a invertir poco tiempo en la cocina. Congelados, precocidos, conservas y los cada vez más extendidos alimentos listos para calentar y comer, cada vez tienen más peso en la canasta de compras, en perjuicio de los alimentos frescos.

Adicionalmente las autoridades de salud y los nutriólogos nos recomiendan una dieta equilibrada, con profusión de verduras y frutas, cereales y contención de grasas y sal.

Entonces la combinación de la oferta que encontramos en los supermercados y las recomendaciones de los especialistas en salud  y el poco tiempo que disponemos para planear y preparar alimentos naturales nos llevan a tomar decisiones fáciles y dizque saludables a la hora de la compra.

Por ello hay que extremar nuestra atención ya que la industria alimentaria, consciente de este hecho, contraataca con una batería de productos que nos compensan de las carencias de nuestra dieta y nos ofrece los denominados alimentos funcionales. Estos productos suelen presentar publicidad engañosamayo-Decomisa-848404

Este tipo de alimentos incorporan ciertos elementos y nos ofrecen una solución a veces cierta pero otras no,  para poder corregir las deficiencias nutricionales de nuestro organismo y evitar ciertas enfermedades, más allá de su valor nutricional.

Los productos con aporte de calcio, omega 3, etcétera que nos prometen mejorar nuestra flora bacteriana, nuestro tracto intestinal, bajarnos el colesterol, mejorar nuestra salud y nuestra dieta proliferan en los estantes de los supermercados todos ellos avalados por supuestos estudios científicos.

Algunos ejemplos de mensajes engañosos  serían por ejemplo los múltiples productos con Omega 3, ese ácido graso que nos previene de las enfermedades cardiovasculares, induciendo a pensar que tomándolos solucionaremos nuestros problemas cuando el único Omega 3 que tiene efectos sobre el colesterol proviene del pescado.

Otros productos  beneficios  que ofrecen también son discutibles. Por ejemplo los productos 0% materia grasa pueden tener hidratos de carbono que aportan calorías por lo que sí engordan. Los productos sin azúcar añadido no significa que originariamente no lleven azúcar, si no que no se le añade más. Los alimentos que aportan fibras beneficiosas para el organismo también tienen gran cantidad de sal, azúcares y grasas saturadas. Los productos sin grasas animales si contienen grasas de origen vegetal igual  o peor de dañinas.

Por todas estas razones y otras que convienen a la industria alimentaria es muy recomendable investigar los datos nutricionales que obligatoriamente deben tener todos los alimentos empacados. Así podremos ver las calorías y contenidos de grasas, colesterol, sodio, carbohidratos, azúcares, etcétera.

 

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