Gilda Sánchez

Celebridad de la semana / Ikram Antaki apasionada intelectual que eligió ser mexicana


Comparte en tus redes sociales

Facebooktwitter

• Su apreciación sobre la carencia de cultura democrática y ética de sus compatriotas

Decrease Font Size Increase Font Size Tamaño del texto Imprimir esta página

IKRAMhomeAún después de su muerte, el 31 de julio de 2000, la  portentosa mente de Ikram Antaki, continuará difundiéndose gracias entre otras cosas, a la  obra tan abundante e inteligentemente  editada que nos dejó. Sin embargo, no estoy segura que el propósito de su formidable trabajo intelectual pueda lograr el impacto que ella pretendía.

Ikram Antaki (1948 -2000) fue una destacada maestra y escritora siria inmigrada a México, donde radicó hasta su muerte. Publicó 29 libros en español, francés y árabe

En general desde el día que Antaki murió hace 15 años,  las reflexiones se han referido a su apasionada  erudición, a su temática, su origen sirio, su formación europea y su vinculación con México. Pero no consideraron los efectos de sus ideas en sus seguidores; lo cual, con base en sus propias y  vehementes declaraciones, fue  lo que a ella realmente le importaba.

Ikram se fue sin poder constatar que su obra hubiera redituado en aquello por lo que específicamente se esforzó: que México se convirtiera en un país donde la razón sustituya al delirio y a la indiferencia, donde la ley se respete e impere la democracia y donde el conformismo social, la violencia, la demagogia y la mentira no fueran utilizadas.

En el banquete de Platón y  El Ágora, sus programas semanales de Radio Red,  su mente y su voluntad  intentaron  algo que iba más allá que educar a sus escuchas sobre la historia del pensamiento universal.hqdefault (1)

Su apreciación sobre la carencia de cultura democrática y ética de sus compatriotas –como nos  llamaba a los mexicanos–  la  afligía extremadamente  y, por ello nos explicó durante más de cuatro años con gran detalle y  erudición los principios filosóficos necesarios para entender la razón y el derecho.

Su obsesión por lo ético  “de compartir lo recibido”  también estuvo detrás  de “transmitir el legado de las obras y el arte de la síntesis a los que están dispuestos a aceptarlos” .No contenta con estas lúcidas exposiciones escribió un manual para que entendiéramos y pudiésemos ejercer nuestra ciudadanía a partir de conceptos indispensables para ejercer una civilización tolerante.

Para Antaki fue muy importante comunicar a los mexicanos que la crítica de ella, aunque incisiva, era necesaria para contribuir a que México se convirtiera en un mejor país.  Me parece que esta explicación conllevaba, la justificación de que el  estilo tajante que aplicaba  tenía la expectativa de que el avance ciudadano se produjera lo más pronto posible.

Sin embargo, en su último artículo publicado un día antes de morir, en El Universal,  Antaki manifiesta su desilusión respecto a gobernantes y gobernados en una atmósfera patética de fin de dinastía donde los errores no se evitan y las soluciones alternas no se logran.

Para ella el cambio verdadero no se dio el 2 de julio del 2000 porque el pueblo no asumió todas las responsabilidades que requiere México y no se logró comprender que  los demás no son responsables de lo que está mal sino cada uno lo es.

Por ello, los cambios que vivimos, Antaki dijo “no son forzosamente progresos y debemos  saber oponernos a lo que cambia en mal”. Yo pienso que es aquí, cuando constatemos la calidad del cambio, donde vamos a demostrar si pasamos un primer examen de lo que con tanta vehemencia y oficio esta nueva mexicana nos trató de enseñar.

Facebooktwitter

¿Tú que opinas? ¡Nos interesa mucho saberlo!