Gilda Sánchez

Tenemos tanto que aprender de Cuba


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En esta columna, Robert F. Kennedy, hijo de Bobby Kennedy y sobrino del presidente estadounidense John F. Kennedy, analiza el embargo que Estados Unidos impuso a Cuba.

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En esta columna, Robert F. Kennedy, hijo de Robert F. (Bobby) Kennedy y sobrino del presidente estadounidense John F. Kennedy (1961-1963), analiza el embargo que Estados Unidos impuso a Cuba y al que el autor califica de «fracaso monumental», con base en su experiencia personal de las relaciones de La Habana y Washington.

Por Robert F. Kennedy Jr.

Robert F. Kennedy Jr.   Crédito: Cortesía del autor

Robert F. Kennedy Jr. Crédito: Cortesía del autor

WHITE PLAINS, Estados Unidos, 30 dic 2014 (IPS) – El 17 de diciembre, el presidente estadounidense Barack Obama anunció el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba. La medida generó la esperanza en muchos sectores, no solo en Estados Unidos sino en todo el mundo.

Esto no quita el hecho de que Cuba sigue siendo una dictadura. El gobierno cubano restringe libertades básicas como la libertad de expresión y de reunión, y es propietario de los medios de comunicación.

Las elecciones, como en la mayoría de los países comunistas de la vieja guardia, ofrecen opciones limitadas y, en redadas periódicas, el gobierno cubano llena las cárceles con presos políticos.

Parece una tontería que Estados Unidos mantenga una política exterior mediante la repetición de una estrategia que demostró ser un fracaso monumental durante seis décadas. La definición de la locura es la repetición de una misma acción una y otra vez a la espera de resultados diferentes. En este sentido, el embargo es una locura. Sin embargo, hay auténticos tiranos en el mundo que se convirtieron en aliados cercanos de Estados Unidos y muchos gobiernos con peores historiales de derechos humanos que el de Cuba.

A pesar de su pobreza, Cuba consiguió algunos logros impresionantes. El gobierno se jacta de que su población tiene el índice de alfabetización más alto de cualquier país del hemisferio, que sus ciudadanos gozan de acceso universal a la atención sanitaria y que posee más médicos por habitante que los demás países del continente americano. Los médicos cubanos tendrían una formación médica de alta calidad.

A diferencia de otras islas del Caribe, donde la pobreza significa pasar hambre, cada cubano recibe una libreta mensual de racionamiento de alimentos que cubre sus necesidades básicas.

Incluso los funcionarios cubanos admiten que la economía está asfixiada por las ineficiencias del marxismo, aunque también argumentan que la principal causa de los problemas económicos de la isla es el estrangulamiento que provocaron los 60 años de embargo comercial.

habanaEs claro para todos que el embargo aplicado por primera vez durante la administración de Eisenhower en octubre de 1960 castiga injustamente a los cubanos de a pie. Este impide el desarrollo económico al hacer que prácticamente todos los productos básicos y toda clase de equipos sean astronómicamente caros y difíciles de obtener.

El embargo también brindó a los líderes cubanos un monstruo plausible a quien culpar por la pobreza de Cuba. Otorgó credibilidad al argumento de La Habana de que Estados Unidos, y no el marxismo, causó el malestar económico de la isla.

Le recuerda constantemente al orgulloso pueblo cubano que nuestra poderosa nación, que ha orquestado la invasión de su isla, saboteó sus industrias y confabuló durante décadas para asesinar a sus líderes, mantiene una agresiva campaña para llevar su economía a la ruina.

Quizás el mejor argumento a favor de levantar el embargo sea que no funciona. Nuestro embargo de más de 60 años contra Cuba es el más longevo en la historia y, sin embargo, el régimen de los Castro se mantiene en el poder.

Culpamos a Cuba porque no permite que sus ciudadanos viajen libremente a Estados Unidos, pero restringimos los viajes de nuestros propios ciudadanos a Cuba. En ese sentido, el embargo parece particularmente antiestadounidense. ¿Por qué mi pasaporte dice que no puedo visitar Cuba? ¿Por qué no puedo ir a donde quiera?

Yo he sido un estadounidense afortunado. Pude visitar Cuba y esa fue una educación maravillosa porque me dio la oportunidad de ver de cerca al comunismo con todos sus defectos y fallas. ¿Por qué nuestro gobierno no confía en que los estadounidenses puedan ver por sí mismos los estragos de la dictadura?

Tenemos tanto que aprender de Cuba, de sus éxitos en algunos ámbitos y de sus fracasos en otros.

Mientras caminaba por las calles de La Habana, los viejos Ford T resoplaban al pasar junto a la efigie en hierro forjado del Che colgada en las alturas y el bronce de una estatua de Abraham Lincoln se erguía en un jardín de una arbolada avenida. Sentía el peso de 60 años de la historia cubana, una historia profundamente entrelazada con la de mi propio país. 

*Versión reducida tomada de http://www.ipsnoticias.net/2014/12/tenemos-tanto-que-aprender-de-cuba/

** Robert F. Kennedy Jr. es abogado del National Resources Defense Council y de Hudson Riverkeeper y presidente de Waterkeeper Alliance. También es profesor y abogado supervisor de la Clínica Procesal Ambiental de la Facultad de Derecho de la Universidad Pace y coanfitrión de Ring of Fire en Air America Radio. En el pasado se desempeñó como fiscal general adjunto de la ciudad de Nueva York.

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