Gilda Sánchez

El envejecimiento es un proceso muy desigual


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• Hay personas para las que en apariencia no pasa el tiempo mientras que otras sufren sus efectos con mayor intensidad. Explicar el proceso de envejecimiento como tal, aun para la medicina, es muy difícil.

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adultos-mayores-grandeLa esperanza de vida al nacer en México en 1930 era de 33 años y actualmente es 74.5 años promedio. En 80 años aumentó casi una generación y media.

En el mundo está aumentando alrededor de cinco horas al día o casi tres meses al año. Es un fenómeno jamás enfrentado por la humanidad.

Sin embargo explicar el proceso de envejecimiento como tal, aun para la medicina, es muy difícil ya que es debido a que tanto los individuos como los órganos envejecen en forma diferente en cada caso.

Hay personas para las que en apariencia no pasa el tiempo mientras que otras sufren sus efectos con mayor intensidad. Los resultados de un nuevo estudio demostraron que la velocidad de envejecimiento puede ser muy distinta en cada persona.

Las grandes diferencias que existen en la velocidad a la que se envejece se observó en un estudio reciente en el que participaron cerca de mil personas de treinta y ocho años que pudo registrar que la velocidad de envejecimiento varió considerablemente de un individuo a otro.

Este estudio, dirigido por investigadores de la Escuela Universitaria de Medicina de Duke en Carolina del Norte (Estados Unidos), descubrió que hay jóvenes con la misma edad cronológica que muestran distinto envejecimiento biológico, esto es, el declive en la integridad de distintos sistemas de órganos.

Antes de llegar a la mediana edad, aquellos que envejecían con mayor rapidez estaban menos en forma, presentaban declive cognitivo y envejecimiento encefálico, se sentían peor de salud y aparentaban más edad.

El equipo creó y validó dos métodos para medir el envejecimiento en adultos, uno transversal y otro longitudinal. El segundo medía el deterioro físico en varios sistemas de órganos como el pulmonar, el periodontal, el cardiovascular, el renal, el hepático y la función inmunológica. Estos métodos los utilizaron para evaluar la edad biológica de los pacientes que aún no habían desarrollado afecciones derivadas de una edad avanzada.

Los resultados sugirieron que los doce últimos años no parecían haber hecho mella en la biología del organismo de algunos de los participantes.

Pero otros no habían tenido tanta suerte ya que una buena parte de los participantes tenían edades biológicas cercanas a la cincuentena, y uno, descrito como un «caso extremo», presentaba una edad biológica de sesenta y un años. Es decir, que por cada uno de los últimos doce años cumplidos su cuerpo había envejecido tres años.

Los resultados del estudio tienen importancia porque si el proceso de envejecimiento puede medirse en personas de treinta años de edad esto facilita crear terapias antienvejecimiento dedicadas a los más jóvenes en lugar de a los más mayores.

Lo anterior es muy importante en cuanto a que la ciencia dedicada a la ampliación de la vida con salud, podría estar mal enfocada. Ya que cambia la perspectiva de estudiar únicamente a personas mayores y lleva a que la gerontología debería ocuparse también de los jóvenes.

Uno de los autores, Daniel Belsky de la Universidad de Duke en Carolina del Norte, afirmó que el estudio del envejecimiento en jóvenes ofrece a la ciencia una oportunidad  de diferenciar los cambios biológicos que rigen el envejecimiento de aquellos que corresponden a enfermedades concretas.

Para más información, consulte:
http://www.pnas.org/content/early/2015/07/01/1506264112

Fuente: Basado en un resumen del estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (Estados Unidos) y en noticias publicadas en medios.

Fuente: http://cordis.europa.eu/news/rcn/123420_es.html

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