Gilda Sánchez

Tercera edad al volante 1/2


Comparte en tus redes sociales

Facebooktwitter

Los años no son impedimento para manejar, pero hay que considerar aspectos físicos y neurológicos antes de hacerlo.

Decrease Font Size Increase Font Size Tamaño del texto Imprimir esta página

Los años no son impedimento para manejar, pero hay que considerar aspectos físicos y neurológicos antes de hacerlo.

Fabián Pons Gerente General del Centro de Experimentación y Seguridad Vial de Argentina explica los cambios que la edad trae consigo respecto al manejo de automóviles y las precauciones que los adultos mayores deben tener al volante.

Según este especialista, los 55 años es la edad bajo la cual se aprecian signos significativos de envejecimiento, que se acentúan al alcanzar los 70. Esta época es de alto riesgo en la seguridad vial debido a los diferentes comportamientos que el conductor y peatón presentan. Además, si existen lesiones que pudieran sufrir, serían más graves y el período de recuperación más extenso que el de una persona joven.

Uno de los problemas más comunes de las personas mayores es el deterioro de la visión.abuelo-al-volante

Un 80 por ciento de la información que se precisa para conducir proviene de la vista. Un conductor de 45 años requiere cuatro veces más de luz que uno joven y uno de 60 años, aproximadamente 10 veces más. La cantidad de luz necesaria para conducir se duplica cada 13 años aproximadamente.

Otra limitación es la capacidad para distinguir los colores, especialmente el rojo. A algunos conductores de edad avanzada les lleva el doble de tiempo reconocer si las luces de frenos están accionadas o no, debido a que el ojo pierde la percepción de este color, generando un mayor riesgo.

Otro síntoma del envejecimiento es perder la habilidad para distinguir claramente los objetos que se encuentran en la vía pública, como son las señales de tránsito y los semáforos.

Una vez percibida la información por medio de los sentidos, se debe procesar y tomar una decisión con el fin de evitar cualquier acto inseguro; basado en lo anterior y llevado a la realidad, un conductor de edad avanzada procesa la información y reacciona en el doble de tiempo que una persona joven.

Los conductores de edad también requieren de más luz y más tiempo para ajustarse a las condiciones cambiantes de luminosidad, debido a que el ojo es más sensible al compararlo con un joven de 16 años. Un ejemplo de esto es que a una persona de más de 55 años, le lleva ocho veces más tiempo recuperarse del encandilamiento, con el riesgo que implica no percibir con certeza un elemento en la vía pública.

 

Facebooktwitter

¿Tú que opinas? ¡Nos interesa mucho saberlo!