El sedentarismo y el peligro que engendra
• Ser sedentario se define como no hacer actividad física regular, que significa “menos de 30 minutos diarios de ejercicio regular y menos de 3 días a la semana”, lo cual trae consigo gran cantidad de riesgos para la salud física y mental
Frecuentemente la inactividad física no es simplemente el resultado del modo de vida elegido sino la falta de acceso a espacios abiertos seguros, a instalaciones deportivas y a terrenos de juegos escolares; así como la falta de información sobre los beneficios de la actividad física y de los costos para la salud del sedentarismo, lo cual nos motivaría a movernos frecuentemente.
Para considerar que una persona es sedentaria se toma en cuenta que su gasto semanal en actividad física no supere las 2000 calorías o que solamente se efectúe a la semana una actividad de forma no repetitiva. Esto último produce que las estructuras y funciones de nuestro organismo no se ejerciten y estimulen al menos cada dos días, como mínimamente se requiere.
La actividad física es cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos y a su vez el ejercicio físico es una actividad planificada, estructurada y repetitiva que tiene como objetivo mejorar el cuerpo físico. A su vez el deporte se define cuándo el ejercicio es regulado y competitivo.
Según Hipócrates “lo que se utiliza se desarrolla, lo que no se utiliza se atrofia” y esto sería lo de menos porque además de descomponerse las piernas principalmente, el sedentarismo trae consecuencias negativas para todo el organismo en cuanto a su funcionamiento. Estas son algunas.
Disminución de la velocidad de la circulación sanguínea con la consiguiente sensación de pesadez, edemas y desarrollo de várices.
Dolor lumbar y lesiones del sistema de soporte, mala postura, debido al poco desarrollo del tono de las respectivas masas musculares.
Aumento de peso corporal por un desequilibrio entre el ingreso y el gasto de calorías, que puede alcanzar niveles de obesidad.
Aumenta el riesgo de muerte prematura.
Mengua de la elasticidad e hipotrofia muscular al igual que disminución en la capacidad de reacción.
Cansancio frecuente al igual que desánimo, malestar ansiedad y baja autoestima y sentimiento de soledad relacionada con la imagen corporal.
Riesgo considerable de padecimientos como la hipertensión arterial, diabetes, síndrome metabólico, entre otros.