Circulación sanguínea en el adulto mayor
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Si las válvulas se cansan demasiado o ya no funcionan vienen problemas circulatorios, más serios, que debemos consultar con el médico
“Aunque el río sea lento, no deja de llenar de vida a su alrededor…
Veámoslo de este modo, el sistema circulatorio es como una serie de ríos, los ríos grandes proveen de agua a riachuelos más pequeños y así sucesivamente hasta que llegan a su destino que son los tejidos, para que nos llenemos de vida con el oxigeno y los nutrientes que la sangre transporta.
El inicio del viaje inicia en el corazón y también termina ahí, pues una vez que las células utilizan el oxigeno, la 
sangre regresa por las venas pero esta vez las más chicas se van uniendo hasta formar una gran vertiente y llegar al corazón, para que los pulmones la llenen de oxigeno y vuelva continuar con su ciclo.
Es de esperarse ciertos cambios con el paso del tiempo. La bomba que nos da presión para mover a los casi 5 litros de sangre se hace un poco más débil, esto no quiere decir que la circulación se colapse sino que enlentece el recorrido, ya no llega con tanta fuerza, es por eso que cuando aplicamos una presión externa a los tejidos, ya no se pueden abastecer con oxigeno y nutrientes provocando ulceras, por eso es tan importante la movilización de los adultos mayores que están en cama.
Somos seres bípedos (caminamos en dos pies) y para eso la naturaleza nos dotó de válvulas que nos ayudan a que la sangre retorne de manera adecuada al corazón, aun cuando estemos de pie, de otro modo al erguirnos caería por efecto de la gravedad. Cuando estamos mucho tiempo de pie, sentimos las piernas pesadas y todo es explicado por esta fatiga en las válvulas, ¡hasta se nos hinchan y no caben nuestros zapatos¡ (por eso debemos de probarnos el calzado por las tardes), esto se explica porque el peso de la sangre por gravedad supera a las fuerzas que nos ayudan al retorno venoso.
Si las válvulas se cansan demasiado o ya no funcionan vienen problemas circulatorios, más serios, que debemos consultar con el médico, pues pueden llegar a ser de consecuencias importantes para la calidad de vida.
Para que la sangre pueda regresar mejor nos apoyamos en ciertas medidas muy sencillas, se llaman medidas de 
higiene venosa y consisten en:
- Elevar los pies a 45 grados al final del día para disminuir la hinchazón
- Uso de medias de compresión. Nos dan un empujón extra para que la sangre fluya
- Evitar estar mucho tiempo parado sin movernos.
- Hacer ejercicio, pues cada paso favorece que la sangre fluya
El especialista en la circulación se llama angiólogo, a él hay que acudir cuando sentimos que nuestra circulación no anda bien. Algunos datos son, dolor al caminar pero que se quita al reposo, extremidades muy frías y adormiladas, hinchazón excesiva de los pies y piernas, ulceras de las piernitas sobre todo en parte lateral, por mencionar algunos.
¡Mantengámonos en movimiento y así como nuestra energía fluye, la sangre la seguirá llenándonos de vitalidad!
