Los problemas cotidianos ¿ameritan psiquiatra?
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Para los psiquiatras, la medicación es fundamental para mantener a personas con problemas mentales bien controlados y estables.
¿La superación de cualquier problema, cualquier decepción requiere de la ayuda de un especialista?
Recientemente se han publicado diversos artículos que hablan sobre el aumento en el consumo de medicamentos psiquiátricos como resultado, en gran medida, de la creciente inclusión de padecimientos en el catálogo de enfermedades mentales.
Algunos especialistas están de acuerdo en la catalogación de todos y cada uno de estos padecimientos que se van identificando en aras de una atención especializada para cada uno de ellos.
Sin embargo, un segundo grupo de médico de la salud mental opina que sólo existe un número cerrado de enfermedades “realmente psiquiátricas” y que muchos de los nuevos padecimientos catalogados como tales pueden ser variantes propias de cada caso concreto, o bien simples malestares de los contratiempos naturales de la vida, de lo cual surge el siguiente cuestionamiento: ¿Estamos convirtiendo problemas cotidianos en problemas psiquiátricos?
Es verdad que hoy en día cualquier problema, cualquier decepción, una ruptura sentimental, un problema de cualquier índole parece que lo tiene que ayudar a superar el psicólogo o el psiquiatra, pero la vida está llena de montañas que hay que subir y de esfuerzos que hay que realizar para superar los problemas y no todo lo que nos sucede tiene origen psiquiátrico.
Para este grupo de especialistas una de las razones de mayor peso para la catalogación de padecimientos psiquiátricos es el interés de las farmacéuticas en lanzar mayor número de productos, un medicamento específico para cada padecimiento específico.
Para estos médicos lo único que hay que hacer muchos casos es aplicar es esfuerzo diario y trabajo continuo. La tristeza y la melancolía no son problema psiquiátricos, no requieren medicación, sobre todo se requiere cambiar la manera de ver la vida. Al psiquiatra no se debería ir por estar triste o ansioso, eso son cosas de la vida ordinaria.
Los datos que aportan los especialistas muestran que vivimos en una sociedad hipermedicalizada. Por citar un ejemplo, hay más niños que nunca tratados por hiperactividad o por déficit de atención.
En conclusión, para los psiquiatras del segundo grupo, la medicación es fundamental para mantener a personas con problemas mentales bien controlados y estables. Sin embargo resulta indispensable distinguir entre un verdadera enfermedad mental y un problema propio de la vida, lo cual implica que los médicos sean capaces de realizar diagnósticos minuciosos y honestos, y que los pacientes sean capaces de hacerse responsables y comprometerse con su cambio de vida sin esperar que un medicamento resuelva sus problemas cuando el diagnóstico no arroje una enfermedad mental, sino una simple reacción humana a las dificultades de la vida.
